Yo sé todo lo que vas
a decir.
Pero ¿y si el mundo se acaba mientras?
Y... yo qué hago, viste...
extrañandote al punto
de estar helada
petrificada
reviviendonos en loop.
No voy a llorar.
Ni pensar en vos
y
el abrazo postergado
por la cuarentena
y el olor de tu perfume
que ya no dura
en mi remera.