Un viaje de Sol a Ción.

Ción; el lugar donde todo se yuxtapone
con el Alma.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Sin Remitente.


   Me desperté como todos los Domingos de mi vida, exceptuando algunos (mis favoritos). El sabor amargo de mi boca y mi brazo que empieza a arrimar hacia un costado. Cuando, inevitablemente, toco el borde de la cama sólo pude, así como cuando uno cree que va a morir, repetir mil imágenes en mi mente.
  Me gustaban los Domingos con olor a Té, con olor a tu piel y mi piel. Me gustaba entrar al cuarto y ahogarme en ese asqueroso aroma a gente durmiendo. Eramos hermosos.
 De repente me encuentro a mi misma cosiendo estas palabras para formular la presente; una especie de carta, sin autor y sin remitente; sin otro motivo más que quien dice vencerse pero lucha por no hacerlo gritando un auxilio fuerte; ¡Rescatame de éste Domingo sin amor!
  Quizás siempre que digo que entiendo, no es exactamente lo que hago. Puede que así, de ésta manera, es como debíamos tenernos siempre. Me haces feliz igual, aunque diga todo lo contrario. Me enojo mucho. Porque no quiero entender eso. Soy una gran negadora, soy muy exigente, y quiero abrazarte sin preguntarme si está bien o mal. Quiero fluir una vida con vos, sin parámetros y sin miedos.
  Me estaría preguntando si ésto es una carta de Amor o es más bien, una lucha constante contra las trabas de la vida. Encontré en un ser la conjugación de una amistad, un amante y un voraz deseo de vientre. Encontré en ése ser, también, ganas y motivos. ¿Realmente, en mi lugar, lo dejarías ir así como así?