Un viaje de Sol a Ción.

Ción; el lugar donde todo se yuxtapone
con el Alma.

martes, 29 de octubre de 2013

Ciudad de Buenos Aires.

Me asusta vivir en ésta ciudad; aquí puedo ser quien quiero, pero no me siento libre como para luchar en lo que creo.
 Creo, en realidad , que la gente no se quiere, y que, cuando lo hace, tiene muchos términos y condiciones.
Querer. 
Podría ser como un contrato. 
Como un bien jurídico social, un derecho. Porque querer significa sufrir. 
Porque uno a veces quiere demasiado, inhumanamente. 
Y ahí, en vez de aceptarnos a la condición de que somos energía (y no carne y hueso, si no, básicamente, energía), nos asustamos, nos atajamos. 
Si fluyéramos como lo hace, justamente, la energía, nadie pensaría tres o cuatro veces antes de querer. Y, mejor aún, nadie lastimaría. 
Porque la mayoría de las veces uno lastima por miedo a ser lastimado primero. 


Me dijeron, por un lado, que si te quería te dejara ser. Y, por otro, que si me querías, vendrías a buscarme. Entendí que amar implica sentimiento de pertenencia. Entendí que uno de los dos, en realidad, no estaba amando.

Ésta ciudad me está trabajando el corazón. Es triste ver que la gente se acostumbra a bajar los brazos; hoy lo dije "me rindo". 


Me miré al espejo y pronuncié esas dos palabras.
ME- RINDO.
M
E


R

I
N
D
O

Lloré. Tocí.

Ésta ciudad me enseñó a vivir con el corazón roto. 
Me dió un respiro, me enrolló en un quilombo. Me volví una hija de puta. Amé. En el 2013, por primera vez en mi vida, amé, como siempre, de una nueva manera.

"Es mejor tener amor de a ratos que un desamor eterno, se me acaba de ocurrir" - Dijo. Las palabras brotaban como si se hubiera abierto una canilla. Buscaban ser lo suficientemente válidas para madurar en "un ratito más de vos y yo".
Después de un rato, de un rato largo, cuando ya no se sentía más su perfume en las ropas, salió al balcon a regar las plantas, miro como migraban los pájaros entre los edificios. "Me das ganas de que te pise un 107" - Pensó.-



(Agradezco un diálogo a Germán.)