Un viaje de Sol a Ción.

Ción; el lugar donde todo se yuxtapone
con el Alma.

martes, 22 de septiembre de 2015

Pedro no duerme


Había tanta gente que le costaba respirar. El piso estaba pegajoso de derrames de algún fluido extraño que estaban bebiendo con mucho frenesí; era Soma?. Estaban todos, y parece que estaban felices.
Y Pedro estaba como invisible, bañado en un haz de transparencia indivisible, estirada, opacada .... y con la mirada cansada.
Solo caminaba, sin destino, por ese mar de piernas; haciéndose un camino.
En algún momento debió sentirse muy cansado, porque se encontró con una cama y se acostó. Y allí, como por generación espontánea, se le cruzaron dos miradas, cuatro pares de ojos y un poco de sabor a café.
El hombre, aparentemente el padre, estaba frenético o hasta quizás exhausto de realidad; violento se le atravesaba y no lo dejaba, a Pedro, hundirse en su feliz umbral de sueños.
Y allí se erguía, con las patitas colgando, aún muy cortas para llegar al suelo, ese niño que casi que le recordaba a Pedro al gurí que jugaba a la pelota en la cortada al lado de su plaza. Condescendiente y empático, le pedía, con los ojitos torcidos (o la cabeza girada), que lo entendiera al mayor.
Por momentos parecían los roles estar cambiados. Por instantes se fusilaban ellos dos. O los tres se fundían. Pedro intentaba comprender porque este tipo se le venía encima como un animal. Le limitaba el espacio. Inclusive al dormir.