Un viaje de Sol a Ción.

Ción; el lugar donde todo se yuxtapone
con el Alma.

viernes, 28 de octubre de 2016

ANDRÉS

Hace más de 10 días que no veo a Andrés.
35 años, hermano de Lucía, mujer cuyos 31 años deberían estar invertidos por esa capacidad de reír y sorprenderse de todo.
Con Andrés todo empezó con un "Hola" que se fue reiterando. Un día me pidió un pucho y al otro le pregunte "¿Seguro no necesitas algo más? Hace frío, te traigo un té."
Más adelante conocí un universo nuevo. Cené sentada en la vereda y aprendí que, con tener a tu hermano cerquita, la vida de por sí ya es más bonita.
Andrés nunca necesitaba nada. Hasta que un día me lo pidió, me dijo que tenía hambre. Y yo me molesté un ratito y después le baje un pedazo de carne con papas y coca y le dije "Andrés, este mes estamos complicados, así que banquemos los trapos".
Hace diez días me retumba esa frase. 
Hará 20 días, baje para irme al gimnasio y me encontré con un cartel. Iban a poner tres macetas en la ochava del edificio para "contrarrestar la toma por parte de linjeras". 
No sólo yo; mi hermano, mis amigos, mis compañeros que leyeron se indignaron... más de uno había compartido palabras con Andres, le había bajado comida o traído ropa. 
Era un buen tipo. Me cuidaba cuando volvía de la facultad, respondía siempre con una sonrisa y confiaba en que iba a salir, esperaba no molestar... "espero no molestar".
Estoy segura de que ninguno de éstos tipos le preguntó a Andrés si podía retirarse, si podíamos ayudarlo a encontrar algún lugar mejor. Estoy segura que nadie le preguntó ni siquiera "¿Cómo estás?".
No puedo dejar de imaginarme la cara del tipo cuando llego a la esquina y vio esas macetas... no puedo evitar que me rompa el corazón.
No sé qué esta bien y qué esta mal (y detesto hablar de eso), pero hay algo que me hace ruido de ésta sociedad. Y no es nada más el hecho de que seamos un "pueblo" leal a gobiernos y no viceversa, ni que haya muchos de nosotros que nos confundamos y encontremos en el feminismo una guerra contra el machismo (no quiero generalizar), ni que bilardiemos a nuestros amigos. No es que solamente me hace ruido que el cariño se mida en likes, ni que creamos que consolidar una paz es luchando (en forma de espejo) contra algo en vez de abrazándolo.
Ni el hecho de las estructuras, sociales, familiares, etc. Tampoco que vivamos en un mundo donde "gordo" y "puto" sean insultos hirientes.
Tampoco es el hecho de que todo haya cambiado menos la estructura de educación primaria y secundaria que es la misma la que tienen mis sobrinas que la que tuve yo, mamá o mis abuelos allá en Italia.
Es la suma de todo. Es que está bien ser así, sorete. 
Está bien pensar que mi lucha es válida y que eso invalida otras. Está bueno gaffitear todo con palabras de mierda sin pensar en los nenes que van a leer eso. Está bien, en nombre de mi lucha, destruir todo. Cagarme en todo.
Porque yo importo. Sólo yo. Y lo que yo creo. 
Y no me importa ni mis vecinos, ni sus ideales, ni principios. No me importa nada. Ni vos, Andrés."