Un viaje de Sol a Ción.

Ción; el lugar donde todo se yuxtapone
con el Alma.

viernes, 28 de octubre de 2016

Benito

Me encontré con Benito después de 37 años. Tomamos unos mates en el balcón de casa ¿Cómo no iba a invitar a pasar a Benito? Tenía los ojos más secos que jamás había visto, aparentemente, de tanto llorar. Perdió a su mujer en alta mar y a su hijo en ultra mar.
Me explicó, mi amigo de siempre y de nunca, que el dolor se vuelve una fiel compañía; una excusa tanto como para dormir, como para no hacerlo. Que hay cosas que no se superan y no por eso te vuelven más fuerte, si no que desarrolla uno un sentido de adaptación y aceptación y no al hecho, si no a saber que jamás habrás de superarlo.
Benito paso años abriendo los cajones del mundo y buscando pistas y un día volvió a casa, desentendido de todo y entendido de que moriría y, sólo entonces, moriría con él esa pena.