Un viaje de Sol a Ción.

Ción; el lugar donde todo se yuxtapone
con el Alma.

viernes, 28 de octubre de 2016

¡Al carajo el dolor!

Mierda que galopaba el corazón. Iba más rápido que... que.. ¡Qué se yo! La verdad se le venía encima como lo que es; como algo que no tiene remedio.
Sabía, lógicamente, que los negativos no se prueban. Y que algo que sólo es porque existe, y así de simple nomas, no puede doler.
Su realidad era un desorden. Un caos hermoso. No se imagina que pudiera pasar de diferente si todo se le hubiera venido "ordenado".
El universo le regalaba un instante, cada segundo. Y estaba como un pulpo, agarrando todo, absorbiendo.
Raúl quería abrazar la realidad. Y sin embargo caminaba, parte de ésta sociedad, disfrazado de normalito y escondiendo un tornado en el interior.
Raúl tenía una consciencia infinita, al menos de su ser; del dolor, del Amor. Se le olía el hedor a una cuadra, y, quienes le apretaban la mano en las esquinas, podían sentir el sudor frío que traía consigo.
Estaba nervioso. Una vez más.
Estaba solo.
Y, por primera vez, la vió. A ella. A otra. A ella que no era Ella.
Al fin había quitado la vista del Sol y podía ver otra vez.
Era tan inmaculada su Alma. Estaba tan sonriente y brillante que no sabía si quitar la vista del reflejo para mirarla o mirar el vidrio resignándose a mirarla fijo.
Infló el pecho.
Era hoy. Era ahora. Era siempre.
¡Al carajo el dolor!