Un viaje de Sol a Ción.

Ción; el lugar donde todo se yuxtapone
con el Alma.

martes, 25 de mayo de 2010

"Algún día" nunca llega

Como sea, los finales felices nunca llegan. Algún día nunca llega. “Algún día, cuando seas madre/ padre/ grande/ mariachi/ vagabundo, vas a entenderme”, "algún día voy a dejar mis miedos", "te prometo que algún día voy a jugármelas". La verdad es que algún día nunca llega.
Primera observación: la vida es demasiado corta para vestirme en cada caso de una forma diferente, para disfrazarme para la ocasión. ¿Por qué camuflarme a la constancia de cada uno de los seres que me rodean? ¿Por qué ser aceptado? Es algo que no entiendo. Siempre tuve un trato complicado con las personas en algún punto “x” de la línea del tiempo en la relación porque me intereso ser diferente…calculo, o solo ser. No hay problema con eso ¿¡O si!? Si lo hay.
Creo que la gente le tiene miedo a lo diferente. La plebe reacciona con cíclica efervescencia ante cualquier alteración de la rutina. Y esa es mi segunda observación. Los taxis son taxis y no divertidos autos de gente rara, los perros son perros y no pequeños marcianos disfrazados, los bancos están llenos de plata y la radio nos confunde, pero está bien que nos dibujen la realidad con corazoncitos a los lados. ¿Alguien puede asegurar que todos los taxis no son divertidos autos de gente rara? ¿Qué ningún perro es un marciano disfrazado? ¿Qué algunos bancos tienen chocolate en vez de plata? ¿Qué algún día ser pobre significará ser rico?
Nadie puede. Y eso nos da miedo. Entonces, y eh aquí el tercer intento por amoldar mi cerebro a la raza humana, adornamos las verdades con florcitas y colores. El tema es que hoy te convocan por un positivismo y mañana te la dan; todos te la dan. Nadie no actúa por convicción y conveniencia. ¿Y qué mierda es la convicción si hoy nada es seguro?
Todos buscamos los finales felices, es la verdad. La mayoría muere en el intento, se suicida… ¡Que carajo! No entiendo por qué buscar la felicidad y no dejar que simplemente caiga sobre nosotros con las pequeñas cosas; con el rose de las gotas en la cara y el sol en el espejo retrovisor.
Si las gotas nos hacen cerrar los ojos, al igual que el reflejo del sol…si los pájaros cantan alto y si un extraño te da un abrazo en la calle es porque, naturalmente, hay algo (una fuerza exquisita y extraña a nosotros) que busca brindarnos eso que pedimos, que nos quiere hacer centrarnos en nosotros mismos por un segundo; cerrar los ojos y olvidarnos de todo, escuchar solo la melodía de la sangre en las arterías y entender que somos pocos y nos conocemos mucho. Entender, o no, que la vida es esta y nunca va a cambiar. La vida “nació” vida y “morirá” vida. Entonces, generalmente, algún día nunca llega...