Un viaje de Sol a Ción.

Ción; el lugar donde todo se yuxtapone
con el Alma.

sábado, 23 de noviembre de 2013

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Me duele el miedo de sentirme sin un lugar, el miedo al dolor, a la flagelación. Me hiere, a diferencia de siempre, saber que hay un futuro. Peor o mejor aún es saber que no tengo los huevos para terminarlo todo acá.  
Hay momentos en la vida de las personas que se vuelven lugares. Y algunos de esos, son lugares a donde jamás queremos volver.
Pienso en que mis posibilidades se resumen a dos puntos básicos; hacerme la boluda o salir a lucharla. Tengo un dolor importante en el cuello que me hace dudar de cualquiera de ambas. Tengo las ganas nulas y sin embargo intento sacar un motor. Me duele el corazón, como nunca antes.
Es como si un pedazo de tiempo no existiera; mi negación intenta pero no puede, porque el presente tiene ecos (físicos) que me cercioran que no es que nada pasó, sino todo lo contrario.
Es como el duelo de una muerte. No sé como tomarlo. Eso es lo peor, no supe como tomarlo y destruí todo. Y aún así, es como si me lo mereciera.
Me pregunto, por momentos, si es que estoy viviendo una vida ajena. Me desencuentro en el recuerdo y me encuentra una pared, se me caen miles de cuentos y una imagen de papel. Resuelvo en el tiempo que quizás "mañana es mejor" y se me cae el mañana, primero por incierto, y luego por rebelde.

Resumo en que quizás sea positivo pensar que siempre el presente será el pasado del mañana.

(A mi alguna vez héroe, hoy mi espina más grande)