Le pega un
repaso. De pies a cabeza, no centímetro por centímetro pero si sensación a
sensación. Entre sus pupilas y sus párpados, que caen extasiados, repite su
imagen.
Físicamente,
es todo lo contrario a eso que muchos llaman su “Prototipo”, pero es una imagen
hermosa; “Por donde te mire”. El corazón se le acelera y la ansiedad se vuelve
insoportable. La inestabilidad del día de hoy se hubiera resumido en una
estupidez de haber podido abrazar esos brazos. –“Concentrate en lo que ves, acercate
a él”.
El ruido
del teléfono la distrae. Miente en sus conversaciones y confiesa no tener
batería, lo apaga; no quiere perderse un segundo de este recuerdo en el que se
ve sumergida. A medida que pasan los minutos, es más fácil ir detallando esa
figura. Sofía se va relajando. Walter se va acercando. Tan cerca están que
juraría ella que se siente su calor, su respiración y la fricción de sus pieles
que se rozan milimétricamente.
“Ay, los
pies no boludo”- dice riéndose, y totalmente segura de que ha perdido la
cabeza.
Éste es el mejor, como yo digo, "antesueño" que pude tener alguna vez.