Estoy despierta porque ya no sé cómo gritarte que te
necesitamos… Un poco te entiendo, porque mientras escribo esto me cuestiono si
tendré los ovarios para hacerlo público, si vos tendrás las pelotas para
bancarme la parada.
Te necesito, hijo, e inclusive hija, del patriarcado… nos
necesito despiertos. Necesito de tu empatía y que, aunque jamás puedas
entender, logres acompañarme.
Que celebres la lucha y que dejes de criticarla… o ¿acaso
podrías citarme una revolución que no haya sido violenta en algún aspecto? Y,
pese a la extensa lista de revoluciones existentes en la historia de nuestra
raza, me gustaría que te preguntes por qué te resulta tan violenta esta. Porque
yo creo que nos hemos corrido de la zona de confort y que se acabó el mundo
como lo conocíamos… ¡Y claro que debe ser duro! … contradecir a Papá, ver
escrachado a un amigo al que amas…
Necesito que no seas neutral; que tengas pelotas, ovarios,
huevos… valentía. Que entiendas que lo que sucede hoy es en defensa de nuestras
madres, hijas, y hermanas. Que muchas pueden haber sufrido y seguir calladas.
Que no me alcanza con tu tibio “yo no soy así y doy el
ejemplo desde mi casa”… porque en su casa hay un tipo cagándo a palos a una
mujer y nadie se entera, entonces de vos tampoco. No soporto que digas que “no
te representa esta manera de hacer las cosas”, cuando no creo que hayas salido
a representar a ninguna de las denuncias por violencia de género existentes de
alguna manera, de cualquier manera. Cuando no creo que hayas ayudado a gritar o
no hayas desconfiado de un testimonio en más de una ocasión… y sé que fue así,
porque si no, no estaríamos acá.
Necesito que crezcas, que te pongas en observador. Que
entiendas; si te hubieran enseñado que golpearte la cabeza estaba bien y lo
practicaras toda tu vida hasta que un día despertaras y entendieras que está
mal, pero todos alrededor lo siguiesen haciendo… ¿no te desesperaría?
Es desesperación lo que siento, angustia, por escucharlos…
tibios, y escucharlas… cómodas. Es angustia la que me da porque no pueden ni
siquiera imaginarse lo que es sentir ganas de gritar, por respeto. Porque
pareciera que no pueden correrse de su ombligo, de creerse que por haber
respetado a “sus mujeres”, ya han cumplido… que por hacer “tareas de mujeres”
son feministas…. “pero no de las del pañuelo verde”.
¿Qué no es la forma? ¿Qué porque el apuro? ¿Es joda? Habría
que leer un poco, saber que alguna vez no teníamos derecho a opinión, teníamos
dueño, no podíamos trabajar, etc. Hace cientos de años que eso viene cambiando…
si tuvieras que esperar cientos de años ¿no te cansarías, al punto de gritar?
Por eso te pido, deja de ser tibio, deja de ser cómoda…
entendé que todos quisiéramos que existiera otra manera, pero no la hay. Que se
denuncia como se puede, y que eso jamás debe opacar la denuncia en sí. Que es
ahora, que es ya, quieras o no y que, si no bancas a las mujeres, estas siendo
blandito… si, eso que tanto miedo te da que te digan en tu grupo de amigos.
Hoy más que nunca despierto y reafirmo; la revolución será
feminista. Y hoy más que nunca repito y añoro, nos necesitamos; despiertos.